2004-08-14

Como Qui�n Ser

"�Ave rosas, estrellas solemnes!

Rosas, rosas, joyas vivas de infinito;

bocas, senos y almas vagas perfumadas;

llantos, �besos!, granos, polen de la luna;

dulces lotos de las almas estancadas;

�ave rosas, estrellas solemnes!

Amigas de poetas

y de mi coraz�n,

�ave rosas, estrellas

de luminosa Si�n!

Panidas, s�, Panidas;

el tr�gico Rub�n

as� llam� en sus versos

al l�nguido Verlaine,

que era rosa sangrienta

y amarilla a la vez.

Dejad que as� os llame,

Panidas, s�, Panidas,

esencias de un Ed�n,

de labios danzarines,

de senos de mujer.

Vosotras junto al m�rmol

la sangre sois de �l,

pero si fueseis olores

del vergel

en que los faunos moran,

ten�is en vuestro ser

una esencia divina:

Mar�a de Nazaret,

que esconde en vuestros pechos

blancura de su miel;

flor �nica y divina,

flor de Dios y Luzbel.

Flor eterna. Conjuro al suspiro.

Flor grandiosa, divina, enervante,

flor de fauno y de virgen cristiana,

flor de Venus furiosa y tonante,

flor mariana celeste y sedante,

flor que es vida y azul fontana

del amor juvenil y arrogante

que en su c�liz sus ansias aclara.

�Qu� ser�a la vida sin rosas!

Una senda sin ritmo ni sangre,

un abismo sin noche ni d�a.

Ellas prestan al alma sus alas,

que sin ellas el alma mor�a,

sin estrellas, sin fe, sin las claras

ilusiones que el alma quer�a.

Ellas son refugio de muchos corazones

ellas son estrellas que sienten el amor,

ellas son silencios que lentos escaparon

del eterno poeta nocturno y so�ador,

y con aire y con cielo y con luz se formaron,

por eso todas ellas al nacer imitaron

el color y la forma de nuestro coraz�n.

Ellas son las mujeres entre todas las flores,

tibios sancta sanctorum de la eterna poes�a,

ne�poris grandiosas de todo pensamiento,

copones de perfume que azul se bebe el viento,

crom�ticos enjambres, perlas del sentimiento,

adornos de las liras, poetas sin acento.

Amantes olorosas de dulces ruise�ores.

Madres de todo lo bello,

sois eternas, magn�ficas, tristes

como tardes calladas de octubre,

que al morir, melanc�licas, vagas,

una noche de oto�o las cubre,

porque al ser como sois la poes�a

est�is llenas de oto�o, de tardes,

de pesares, de melancol�a,

de tristezas, de amores fatales,

de crep�sculo gris de agon�a,

que sois tristes, al ser la poes�a

que es un agua de vuestros rosales.

Santas rosas divinas y varias,

esperanzas, anhelos, pasi�n,

deposito en vosotras, amigas;

dadme un c�liz vac�o, ya muerto,

que en su fondo, mustiado y desierto,

volcar� mi fatal coraz�n.

�Ave rosas, estrellas solemnes!

Llenas rosas de gracia y amor,

todo el cielo y la tierra son vuestros

y benditos ser�n los maestros

que proclamen la voz de tu flor.

Y bendito ser� el bello fruto

de tu bello evangelio solemne,

y bendito tu aroma perenne,

y bendito tu p�lido albor.

Solitarias, divinas y graves,

sollozad, pues sois flores de amor,

sollozad por los ni�os que os cortan,

sollozad por ser alma y ser flor,

sollozad por los malos poetas

que no os pueden cantar con dolor,

sollozad por la luna que os ama,

sollozad por tanto coraz�n

como en sombra os escucha callado,

y tambi�n sollozad por mi amor.

�Ay!, incensarios carnales del alma,

chopinescas romanzas de olor,

sollozad por mis besos ocultos

que mi boca a vosotras os dio.

Sollozad por la niebla de tumba

donde sangra mi gran coraz�n,

y en mi hora de estrella apagada,

que mis ojos se cierren al sol,

sed mi blanco y severo sudario,

chopinescas romanzas de olor.

Ocultadme en un valle tranquilo,

y esperando mi resurrecci�n,

id sorbiendo con vuestras ra�ces

la amargura de mi coraz�n.

Rosas, rosas divinas y bellas,

sollozad, pues sois flores de amor."

--Freder�co Garc�a Lorca

aeka at 5:36 p.m.